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EMILIO PEDRO GÓMEZ: TRES POEMAS

EMILIO PEDRO GÓMEZ: TRES POEMAS

Aún no sé

ser un cuerpo en silencio

que accede a su plural,

la risa sin porqué

fundida al gozo de las lágrimas,

el asombro sereno

de una mirada sin fronteras,

remontar el futuro

diluir nunca en siempre

al eterno dictado del instante

(esa muerte que siempre resucita),

sentir todas las veces

una,

amar sólo a favor

sin pertenencia,

ser cuanto es

en el no soy,

la plenitud de lo banal…

 

Mi ignorancia es infinita.

 

 

            Bagan, 18-VII-09

 

*****

 

He dado con el lugar

de donde mana la nostalgia.

 

Aquí, a los pies de lago Inle,

bosteza el sol bajo los palafitos,

enjoya de perfilados brillos y fugaces matices

la imagen cimbreante de su sombra.

En la rizada piel del agua

al azar escondido de los peces

nacen ondas concéntricas, perfectas

(al alejarse de su centro

se entregan al temblor colectivo

de la ola de las olas que aguardan).

El vallado de juncos embellece

-línea de mar imaginaria-

lo que a separar no alcanza.

Un pescador da insólitos pasos de ballet

en el punto de fuga

de mi melancolía.

Casi ahoga la nave el buen barquero

que recoge las algas muy paciente

ahondando en el lago con su pértiga.

Cruza una barca silenciosa

cargada de tallos de nenúfares

(brotará de ellos hilo delicado

en el taller de seda).

 

Y más allá otra barca

avanza mansamente

plena de lentitud…

gozo de un tiempo sin deuda

y sin esperas.

 

No hay más rumor de fondo

que el silencio del agua en sus orillas.

 

He dado con el lugar

de donde mana la nostalgia.

Ha bastado un instante

de luz contemplativa

para que desapareciera

dejándome esta bendición de estar más cerca

de lo que nunca he sido:

un hombre sin recuerdos ni futuro

entregado a la paz tan fiel del lago

(que ahora bebe así mismo de mi paz

la paz que sin porqué me ha regalado).

 

            Lago Inle,23-VII-09

 

*****

 

PREGUNTAS SIN FINAL

 

                                   Para Tere

 

Dime dónde has guardado las palabras

que aparentabas no saber decir antes de irte,

si las dejaste suspensas en el aire

dispuestas a abrazarnos por sorpresa

alguna noche de melancolía.

 

Dime, prudente mujer de los silencios,

a qué música suena tu infinito.

 

Dime qué puede la amistad

cuando te quedas sola

justo en la punta de la flecha lanzada al aire

¿en verdad reconforta

- puente de alas verdaderas-

la mano de un amigo?

 

Dime de qué lucidez y arrojo te valiste

para dar con esa alma de cántaro

donde finalmente decidiste morar

y preparar el salto al otro lado de los días.

 

Dime, ahora que lo has aprendido,

cómo se acaba el tiempo.

 

Dinos en qué respiraciones contenidas

podemos recoger tus huellas,

el vaho de tus afectos y meditaciones,

los puntos suspensivos de tu vida.

                        *

*La foto es de Guy Le Querrec.

 

 

 

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