VÍCTOR JUAN Y EL MUSEO PEDAGÓGICO DE ARAGÓN
Por Víctor JUAN BORROY
Iniciamos la colección Publicaciones del Museo Pedagógico de Aragón con la edición de El libro de los escolares de Plasencia del Monte (marzo 2007), el libro que Simeón Omella y los niños de Plasencia compusieron letra a letra unos días antes de que estallara la guerra civil. El pasado 22 de junio presentamos el número 10 de la colección (anteriormente ya habíamos presentado el 11 y el 13): Transformar el mundo desde la escuela con palabras. Los cuadernos freinetianos de Barbastro durante la II República, un libro de José María Hernández Díaz y José Luis Hernández Huerta en el que se incluye un CD con la colección completa de las revistas Chicos, Caricia y Helios. Félix Carrasquer le llevó a su hermano José una prensa freinet para que pudiera trabajar con la imprenta en su escuela de Aguilar. Sabemos que en Fraga hubo un maestro que trabajaba con la imprenta. Y también tenemos unas páginas impresas por los niños de Agüero, los alumnos del legendario maestro Ángel Fuertes Vidosa, en las que se relata una excursión a Almudévar, Riegos del Alto Aragón, Huesca... Además Herminio Almendros, el introductor de la imprenta en la escuela, fue inspector en Huesca. En Huesca se hizo amigo de Ramón Acín y juntos contagiaron su entusiasmo por la imprenta a varios maestros aragoneses.
Por todas esta razones, estos días estamos preparando un espacio Freinet en el Museo Pedagógico de Aragón. Al mismo tiempo estamos diseñando una didáctica relacionada con la imprenta escolar, los textos libres... para intentar transmitir a nuestros visitantes el sentido de esta manera de entender la escuela y la sociedad.
Óscar Sánchez, el artesano que sólo acepta encargos imposibles y que hace realidad nuestros sueños, y el maestro impresor Paco Boisset ya están trabajando para fabricar, según las indicaciones que hacía Almendros en La imprenta en la escuela (1932), una prensa Freinet.
*Este texto es de Víctor Juan Borroy, que dirige con entusiasmo y infinita vocación de servicio público el Museo Pedagógico de Aragón. Víctor es uno de esos personajes tocados por el entusiasmo, la pasión, la entrega y un sexto sentido de investigador que le permite acceder a secretos, folletos, historias. Un personaje verdaderamente estupendo, un titán dulce y cotidiano, casi inadvertido, capaz de mover montañas. Y lo más curioso es que en este lenguaje un poco grandilocuente no hay ninguna exageración. Víctor, con sus caballos, con su curiosidad, con su amor al Real Zaragoza, es así. Como un trabajador incansable que no va de nada: solo trabaja y sueña. Esta foto, tan misteriosa, es de Jan Saudek, el gran fotógrafo checo.
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